¡ Manos a la obra ! , limpiémos los rodamientos (Novedad)

La semana pasada después realizar una ruta de 30 Kms observé que algunos rodamientos giraban con dificultad. Se encontraban ligeramente agarrotados y me costaban moverlos para alcanzar una velocidad aceptable, frente al resto de mis amigos. Y para solventar esa situación cabían tres opciones:

a) Echar aceite lubricante en spray directamente sobre el rodamiento (te saca del apuro momentáneamente, pero a la larga sigues teniendo el mis problema).
b) Comprar nuevos rodamientos (la mejor opción).
c) Proceder a una limpieza en condiciones (requiere tiempo y cierta paciencia para abrir, así como volver a cerrar los rodamientos; una buena limpieza los deja como nuevos).

Opté por la última, aunque con reticencias de que tardaría poco en limpiarlos, así como su montaje. Es conveniente que antes de ponernos manos a la obra contemos con: petróleo (para limpiar y lubricar el rodamiento, aunque suelo utilizar gasóleo es más fácil de conseguir y no es tan abrasivo para el rodamiento); grasa de litio (que mantiene engrasado el rodamiento).


Observación: el lubricante evita el desgaste y protege las superficies contra la corrosión. El aceite o grasa lubricante perderá gradualmente sus propiedades de lubricación a causa del trabajo mecánico, la temperatura, el envejecimiento y la acumulación de suciedad. Por tanto, es muy importante reponer o renovar la grasa y filtrar y cambiar el aceite a intervalos regulares

A la hora limpiar los rodamientos es conveniente saber si éstos son abiertos o cerrados. Puede parecer una tontería pero nos puede facilitar la limpieza. Los rodamientos abiertos pueden ser total (por las dos caras) o parcialmente abiertos (por una cara), con independencia del Abec que sean, constando de un aro metálico por cada cara que sujeta las capas y " protege " las bolas de la suciedad. Con la rueda en la mano, cogeremos un alfiler, imperdible u otro elemento punzante y presionaremos uno de los extremos de la arandela. Poco a poco se arquerá la arandela y con la mano podremos quitarla, retirando el blindaje del rodamiento. Esta operación la tendremos que repetir con el resto de las ruedas.

Mientras que en los rodamientos cerrados la situación se complica un poquito, si los lumbricamos exteriormente la suciedad interna no desaparece, a la larga el problema reaparece. Siempre he optado por abrirlos, por lo menos una cara, con una simple incisión en las proximidades del borde del aro interior del rodamiento es suficiente para quitarlo. Primero se hace la incisión y luego presiona hacia arriba, abriéndose poco a poco la tapa.

Observación: necesitamos una botella pequeña de agua vacía, introducimos los rodamientos desmontados y echamos gasóleo hasta cubrir los rodamientos. Cerramos la botella y procedemos a moverla como si fuera una coctelera, de este modo el líquido impregnará las bolas y todo el sistema. Después los sacaremos y los dejaremos escurrir, y finalmente cubriremos la superficie abierta de grasa de litio.

Todo es ponerse